Los escritos diplomáticos expuestos por WikiLeaks esta semana no sólo revelan comunicaciones gubernamentales secretas, sino también una extraordinaria colaboración entre algunos de los medios más respetados del mundo y la organización WikiLeaks.
En contraste con revelaciones anteriores de decenas de miles de documentos militares secretos, esta vez el grupo sólo va difundiendo algunos pocos por vez del cuarto de millón que dice tener y sólo después de recibir asesoramiento de cinco organizaciones noticiosas con las que escogió compartir todo el material.
"Está difundiendo los documentos que nosotros seleccionamos", dijo la directora editorial de Le Monde, Sylvie Kauffmann, durante una entrevista en la sede del periódico en París.
WikiLeaks entregó todos los cables secretos del Departamento de Estado norteamericano que obtuvo a Le Monde, El País en España, The Guardian en Gran Bretaña y Der Spiegel en Alemania.
The Guardian compartió el material con The New York Times y las cinco organizaciones noticiosas han trabajando conjuntamente para planear el momento de divulgación de los documentos.
También han aconsejado a WikiLeaks qué documentos revelar públicamente, dijeron Kauffmann y otros involucrados en el acuerdo.
Cada publicación sugirió un medio de eliminar nombres y detalles considerados demasiado delicados y "supongo que WikiLeaks escoge el que prefiere", dijo el editor de El País, Javier Moreno, en una entrevista telefónica desde su oficina en Madrid.
A medida que se publican los artículos, WikiLeaks usa su portal para difundir los cables relacionados.
Por ejemplo, The Guardian publicó el jueves un artículo con base en cables diplomáticos que aludían al asesinato del ex funcionario de seguridad ruso Alexander Litvinenko por radiación y WikiLeaks publicó tres cables sobre el mismo tema.
El arreglo es inusual porque vincula más estrechamente a los medios con WikiLeaks y revela una colaboración inusual con un grupo que enfrenta una investigación penal estadounidense.
"En este caso, lo que hay es una sociedad de organizaciones noticiosas con una organización que muy claramente tiene una norma de valores diferente", comentó Kelly McBride, profesora de ética periodística en el Instituto Poynter en St. Petersburg, Florida.
Sin embargo, McBride notó que la colaboración singular también aplica en alguna medida las normas periodísticas a WikiLeaks, que anteriormente había difundido documentos sin retirar información considerada delicada.
El director editorial de The New York Times, Bill Keller, dijo a los lectores en un diálogo en línea que el periódico sugirió a sus socios en la prensa y a WikiLeaks qué informaciones consideraba se debían retener.
"Estamos totalmente de acuerdo en que la transparencia no es un bien ilimitado", escribió Keller. "La libertad de prensa incluye la libertad de no publicar y ésta es una libertad que ejercitamos con alguna regularidad".
JAMEY KEATEN y BRETT J. BLACKLEDGE
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