No está nada alejado de la verdad el que piense en el atorrante nacido en Rosario el jueves 14 de junio de 1928. Si hacemos una encuesta y le preguntamos a mil compatriotas ¿Quién es el extranjero que más daño le hizo a nuestra nación? 999 responderán sin pensarlo dos veces: ¡EL CHE!
Pero yo opino que fue Abraham Simjovitch, conocido (a.k.a.) como Antonio Blanco, o lo que es peor aun: como el siniestro FABIO GROBART. El niño nació en Biolystok, Polonia, el 30 de agosto de 1905. Siendo prácticamente un adolescente perteneció a la Juventud Comunista Polaca. Por sus actividades ilícitas y criminales en su país de origen se vio obligado a salir como bola por tronera y para desgracia (ahí comienza la tragedia nuestra) este gargajo humano nos cayó en Cuba en el año 1922.
Tres años más tarde, siendo casi un imberbe, funda en nuestra nación con la anuencia de Julio Antonio Mella y Rubén Martínez Villena (creo que fue en Manzanillo) el primer Partido Comunista Cubano. Ya eso es suficiente para declararlo ENEMIGO PÚBLICO NÚMERO UNO de la Isla. Mientras tanto, discreta y anónimamente trabajaba como sastre. A principios de los años 30, Gerardo Machado lo bota a cajas destempladas de Cuba. Pero, con lo desgraciados que somos los cubanos, regresa tras la caída del Machadato.
Desde luego, y que quede claro, no digo que haya sido el primer comunista en Cuba, porque ya en 1847 había nacido en Santiago de Cuba Pablo Lafargue. Un tipejo que más tarde se fue para Europa, se hizo discípulo de Carlos Marx y ¡se casó con su hija!. Fue el fundador del Partido Comunista Francés en 1882. No todo el mundo sabe que el yerno de Carlos Marx era santiaguero.
Pero volvamos a Fabio, el verdadero ideólogo del comunismo criollo. Históricamente este polaco tiene el desparpajo de ser el que introduce en las reuniones del Partido a un joven revoltoso, cruel, con ínfulas de líder y tendencias obviamente gansteriles llamado Fidel Castro Ruz conocido como “Bola de churre” entre sus compañeros de clases.
De nuevo es expulsado de nuestra nación por el Presidente Carlos Prío Socarrás en el año 48. Y tras el triunfo fidelista en Cuba en 1959 regresa a la Isla a apoyar y a encaminar hacia la satrapía a la incipiente revolución castrista. Fíjense quien era este tipo que a pesar de haber dedicado toda una vida al comunismo, cuando Fidel Castro le va para arriba a los miembros del P.S.P., en el llamado juicio contra la Microfracción, él se “tira de barriga” defendiendo ardientemente al tirano y cooperando a pulverizar a sus ex compañeros de militancia. Todavía Edith García Buchaca se encuentra en prisión domiciliaria 50 años más tarde.
Y de ahí en lo adelante se dedicó completamente a cooperar en la destrucción del sistema capitalista e implantar la más siniestra dictadura jamás conocida en nuestro Continente. Siempre, desde luego, en el anonimato, en el silencio, en el misterio. Si es posible que existiera en la historia cubana un solo hombre que Fidel Castro escuchaba y respetaba por sus conocimientos y su experiencia en la maldad, era Fabio Grobart. Su tutor predilecto.
Sí, el Che fue un tremendo asesino, un tipo repugnante y con un por ciento de culpabilidad gigantesco en el destrozo de nuestra nación, pero Fabio Grobart desde los años 20s, ya comenzó su labor de zapa, su lento pero aplastante intento por encadenar a un país y a sus habitantes que ningún daño le habían hecho a él. Y fue el que tuvo el ojo avizor de notar y descubrir, entre miles de jóvenes cubanos, quien era el peor, el que tenía la mejor madera para llegar a ser el esclavizador de su pueblo. Grobart murió el 22 de octubre de 1994 a los 89 años, y a los cinco minutos ya estaba al lado de Satanás asesorándolo.
En una reunión del P.C.C. en el año 2005 Raúl Castro se refirió a él como “Nuestro Maestro” y como un “Santo del Marxismo”...
Esteban Fernández