Agustín Cervantes inició la huelga en la cárcel de Baraguá para exigir la liberación de los presos políticos que no aceptaron viajar a España, por lo que fue trasladado para una celda de castigo. Días después fue conducido a la prisión de Mar Verde en condiciones de aislamiento y castigo.
Su hermano Jorge Cervantes y el activista Ariel Arzuaga, desde la ciudad de Contramaestre, realizan una huelga de hambre en respaldo al prisionero político. Las fuerzas represivas del régimen mantienen un asedio contra la familia del huelguista, impidiendo la entrada al lugar de opositores y amigos que intentan solidarizarse.