El cable fue enviado el 9 de febrero de este año, antes de que el gobierno de Raúl Castro anunciara reformas estructurales -- despedir a 500,000 empleados públicos, eliminar subsidios y expandir los negocios particulares -- en un intento de revivir la economía nacional.
Pero mostró la profundidad de los problemas económicos de Cuba en ese momento, y describió al gobierno cubano como "incoherente y poco claro, paralizado por el temor de que las reformas debiliten el firme control que ellos han tenido sobre el poder durante más de 50 años''.
El despacho pronosticó además que las fuerzas armadas cubanas ganarían poder económico, y que el pueblo cubano no tendría otro remedio que "aguantar'' los tiempos de escasez que se avecinan.
El cable informó sobre un desayuno celebrado por un diplomático estadounidense en La Habana con consejeros comerciales y económicos de cinco de los mayores socios de Cuba --China, España, Canadá, Brasil e Italia--, más sus importantes acreedores Francia y Japón.
"Todos los diplomáticos estuvieron de acuerdo en que Cuba podría sobrevivir este año sin cambios políticos sustanciales, pero la situación financiera podría volverse fatal en un plazo de 2-3 años'', señaló el despacho. "Italia dijo que contactos del GOC [gobierno cubano] habían sugerido que Cuba quedaría insolvente tan pronto como en el 2011''.
Los diplomáticos informaron además tener problemas constantes para cobrar sus deudas con Cuba, y el japonés señaló que, después de haber reestructurado en su totalidad la deuda oficial cubana en el 2009, Tokio no había recibido pago alguno.
"Hasta China admitió tener problemas con que le pagaran a tiempo, y se quejó de los pedidos de Cuba de que le extendieran los términos del crédito de uno a cuatro años'', reportó el cable. "Francia y Canadá respondieron diciéndole: ‘Bienvenido al club' ''.
Los chinos se quejaron también de las férreas restricciones de Cuba a la inversión extranjera, y señalaron que un negocio conjunto de cultivo de arroz había producido una buena cosecha pero "era insostenible'' por los precios bajos que exigía el gobierno cubano, agregó el despacho.
Los brasileños tomaron un punto de vista a largo plazo en cuanto al rendimiento de sus inversiones, señaló el cable, y afirmaron haber tenido cierto éxito en reunir capital para la renovación del puerto del Mariel, al oeste de La Habana.
A pesar de la gravedad del análisis, ninguno de los diplomáticos previó ninguna reforma económica efectiva en el 2010 debido a lo que los brasileños llamaron la posibilidad de que fueran demasiado "desestabilizadoras''.
"Todas las discusiones acerca de reformas al estilo chino, en particular con respecto a las inversiones extranjeras, han sido difíciles, y ‘un verdadero dolor de cabeza', según los chinos'', señaló el despacho, sin entrar en detalles.
Un ejemplo de la incertidumbre de Castro reportada en el cable fue que el Consejo de Estado había aprobado solamente una de varias propuestas extranjeras para programas de microcrédito presentadas al Ministerio de la Inversión Extranjera y Colaboración Económica.
Todos los presentes en el desayuno estuvieron de acuerdo en que, sin el apoyo de Venezuela, el gobierno cubano se vería obligado a adoptar severas medidas económicas similares a las puestas en práctica tras el colapso de los subsidios soviéticos a principios de la década de 1990, según el despacho.
El cable describió a Raúl Castro como dispuesto a llevar a cabo reformas, pero sin el poder para ponerlas en práctica del que gozaba su hermano Fidel antes de tener que someterse a una operación intestinal de emergencia en el 2006.
"A diferencia del ex presidente Fidel Castro, Raúl Castro necesita el ‘apoyo de la maquinaria' para hacer cambios, según los canadienses'', señaló el cable.
El despacho pronosticó que, en lugar de reformas importantes, Castro tomaría pequeñas medidas para incrementar la producción doméstica y reducir las importaciones, y citó que el canadiense había dicho: "A menos que (o hasta que) la situación se haga inestable, el gobierno no va a avanzar más rápido''.
Los diplomáticos estuvieron de acuerdo en que, mientras tanto, las fuerzas armadas, consideradas por muchos como eficientes administradores del turismo y otras industrias, ‘‘continuarán expandiendo su influencia'' sobre la economía.
"Los franceses alegaron que las fuerzas armadas se están apoderando de todas las actividades económicas centrales del estado'', de acuerdo con el cable. "La economía cubana está cada vez más controlada por ingenieros militares, quienes son capaces de administrar las actividades diarias de negocios, pero carecen de la visión necesaria para guiar al país para sacarlo del desastre económico''.
En cuanto a las posibilidades de mejorar las relaciones con Estados Unidos, el cable reportó que los franceses creían que el gobierno cubano "no podía decidirse a tomar las medidas necesarias al respecto'', mientras que los brasileños alegaron que "las señales encontradas del régimen cubano son un reflejo del disentimiento en los círculos de poder acerca de si deben hacerlo''.
Aunque los sombríos pronósticos económicos probablemente "requerirían que el pueblo cubano se apriete aún más el cinturón'', los diplomáticos no auguraban ningún tipo de desórdenes a corto plazo.
"Todos estuvieron de acuerdo en que el pueblo cubano podía tolerar más escasez'', señaló el cable, "aunque los italianos cuestionaron si más medidas de austeridad económica no acabarían debilitando todavía y restando aún más legitimidad al GOC''.
JUAN O. TAMAYO
