Debo reconocer que hay varios de mis compañeros de los Teams de Infiltración que le están muy agradecidos a CAP y/o a Venezuela por la acogida que les dieron y por lo bien que los trataron en Venezuela, esta tradición se remonta a la época de Rómulo Betancourt y tanto muchos ADECOS como COPEYANOS se portaron muy bien con un grupo grande de exilados y si en realidad ha habido un grupo de extranjeros que jamás fueron tratados como "Mosieu" fueron los cubanos. Sin embargo también hay que reconocer que CAP coqueteó muchísimo con Fidel Castro, y que muchos expertos consideraron que había sufrido una metamorfosis. Yo soy testimonio de un trato no adecuado a pesar de haber sido invitado a Venezuela como Ejecutivo de la División Latinoamericana del Bank of America.
En septiembre de 1977 fui transferido por el Bank of América Latina American División de Quito, Ecuador donde me encontraba como Gerente General, para la División Latinoamericana con sede en Caracas, Venezuela. Cuando acompañado de mi familia llegamos al Aeropuerto de Maiquetía en Venezuela. Mi familia consistía de mi señora Nancy Salas de Regalado, mi suegra Caridad Pérez León, mis hijos Maritza 13, Vivian 11, Jorge Rafael Regalado de 9 y Patricia con 6 meses de edad. En el Aeropuerto Agentes de la Disip (Policía Política) procedieron a incautar los pasaportes de mi señora, mi suegra y el mío propio (José Regalado) porque según ellos yo me encontraba en la lista negra del Presidente de la República Carlos Andrés Pérez pues era miembro de los Teams de Infiltración de la Brigada 2506.
Esa noche nos dejaron salir del Aeropuerto con unos salvoconductos y debíamos presentarnos en la jefatura de la Disip el lunes a primera hora, cosa que nunca pensé en hacer ya que consideraba un insulto a mi persona y a mi inteligencia el que se me haya confiscado el pasaporte de los Estados Unidos de Norte América. Le hice saber al Bank of América esa misma noche que de no regresarnos los pasaportes cuanto antes y con disculpas al caso ellos me tenían que sacar de Venezuela cuanto antes y que no me interesaba quedarme en ese país un minuto de más.
Al otro día, domingo y después de haber alquilado un auto salimos a almorzar a un restaurante italiano en el Paseo de las Mercedes, su nombre Mama Mía Pizzería, gracias a Dios la casualidad hizo posible que en el mismo me encontrara con un amigo y compañero de la Brigada 2506 que se encontraba de Mayor en el Ejército de los Estados Unidos y agregado al Fuerte Tiuna para asesorar la División de Tanques del Ejército Venezolano, su nombre es Modesto Castaner (quien fuera Presidente de la Asociación de Veteranos de la Brigada 2506) él se ofreció para recuperar los pasaportes de nosotros tres, cosa que logró de inmediato.
Este señor Carlos Andrés Pérez, tuvo un ayudante en la Disip el cual yo contraté dos años más tarde como chofer en Metro-América Sociedad Financiera C.A., y el Sr. Benítez, que así se llamaba, fue el correo con el que se enviaban las remesas de dólares vía Panamá a Costa Rica con la complicidad explícita de Torrijos y Carazo y cuyos fondos se entregaban al Frente Sandinista en la ciudad de Liberia en la Provincia de Guanacaste al norte de Costa Rica y muy cerca de la frontera con Nicaragua.
Este señor Presidente tal y como me contara hace dos días mi querido amigo y ex prisionero político de muchos años en Cuba Haroldo Hernández, me comentó que el ex presidente de Cuba Carlos Prío Socarras envió a dos de sus hombres de mayor confianza a Venezuela para solicitar de este Presidente ayuda para derrocar a Fidel Castro, y a pesar que después que vivió varios años en Cuba como botellero del gobierno de Prío, les dijo tajantemente que él era el Presidente de los Venezolanos y no de los cubanos por lo que les negó la ayuda.
Otra anécdota y contada a mí personalmente por el Dr. Carlos Guillermo Rangel, quien fuera Ministro del Fondo de Inversiones en el gobierno de Carlos Andrés Pérez, también era Presidente de la Junta Directiva (Chairman of the Board) para la Compañía de Seguros La Metropolitana, Seguros Los Andes y de Metro-
América C.A. Sociedad Financiera (una Joint Venture entre el Grupo Beracasa, Grupo Mendoza, y el Bank of América del cual yo era el Representante de los intereses del Bank of América y fungía como Vicepresidente y Gerente General) el Dr. Rangel, hombre honesto e íntegro a cabalidad, me contó como lo enviaron en una gira por todo los países miembros de la Opec y cuando a su regreso se entera en el Aeropuerto de Maiquetía que CAP se encontraba reunido con todos los presidentes de América Central (inclusive Somoza a quien después financió al FSLN para derrocarlo) para firmar el convenio por el cual Venezuela le daba a ellos el petróleo a precio preferencial y la diferencia se la cubría con bolívares blandos a largo plazo, supuestamente intencionados para el desarrollo de esos países. El Dr. Rangel se indispuso inmediatamente y siguió para Puerto Ordaz donde le armó tremendo problema a CAP por estar regalando los dineros de Venezuela a un grupo de bandidos, fue tal el disgusto que renunció en ese lugar a su posición de ministro y hubo que llevarlo de emergencia al hospital pues tuvo su primer ataque al corazón en Puerto Ordaz. Más nunca se volvieron a hablar.
Mientras que estuve en Metro-América varias veces tuve que viajar a El Salvador, a Guatemala, a Costa Rica y a Honduras solicitando que me prestaran los bolívares lo cual hacían al 11% anual contra los préstamos dados por CAP “para el desarrollo” al 2% anual. También hizo lo mismo con la Corporación Andina de Fomento con sede en Quito y adonde tuve que viajar varias veces para que el Banco Central del Ecuador le prestara Bolívares que tenían blandos a precios de usura para nosotros poder financiar los proyectos agropecuarios y de desarrollo industrial y urbano que nos imponía el Fondo de Desarrollo Industrial y Agropecuario y el Urbano a las financieras en Venezuela. Teníamos la obligación de prestar hasta el 25% de la cartera bajo pena de ser multados sino lo hacíamos, imagínense lo difícil que era prestar al agro en un país sin cultura agrícola, y donde la mayoría de estos préstamos terminaban en condominios en Miami, en los Alpes o en Aspen. Todo era una tomadura de pelo, la corrupción no se creó con Chávez, también se practicaba por la libre con los adecos y los copeyanos. Venezuela estaba condenada.
Lo irónico de todo esto es que fui inquilino de la hija de CAP, Marta casada con un tal Lamadrid, en su casa de Alto Prado, casa que como oficial del Bank of América en el extranjero el Banco era el que pagaba la renta.
Aquellas lluvias trajeron estos lodos para quedarse y nunca irse. Yo en lo personal creo que el proceso es irreversible y que Venezuela jamás volverá a ser la misma.
José (Pepito) Regalado #2649, Oficial de Inteligencia del Team de Infiltración #1 de la Brigada 2506.