Por su condición de pegador, maltratador, infiel, violador o genocida, el padre se aleja de los hijos.
La justicia debe capturarlo con métodos policiales, obligándolo a pagar una cuantiosa cuota alimentaria, y luego expulsarlo para que permanezca aún más lejos.
¿Qué sentido tiene dejarle plata en el bolsillo, para que la gaste en locas?