11- Pecado mortal: la discriminación, que está en todas partes como Satanás. Para evitarla, debe modificarse el vocabulario. En lugar de negro se dirá afro-descendiente. En lugar de criollo, se dirá morocho. En lugar de chino-coreano-japonés, se dirá "de origen asiático". Se suprimirá la palabra "gringo" (en sus variados sentidos puede significar rubio, extranjero, italiano, turista, yanqui) para reemplazarla por otros vocablos, hasta crear un caos idiomático donde nadie sabrá de qué color es la persona, qué idioma habla y de dónde viene. Incluso habrá vocablos como "tano", "gallego", "yoyega", "yorugua", "paragua", "bolita, "ruso", "polaco", "turco", que serán suprimidos por su contenido insultante.
Cualquiera puede ser calificado de xenófobo y racista, incluso aquel que se declare admirador de las negras o que proponga una inmigración controlada. La palabra "negra" es discriminadora. La palabra "control" es discriminadora. En ese sentido, el progresista es digno heredero de nuestras bisabuelas, que en lugar de "caca" decían "popó".
Merece una mención aparte la palabra "judío". Si la pronuncia un miembro de la raza de Abraham, está bien. Pero si la emite un gentil, quedará inmediatamente imputado de "discriminador", ya que la expresión correcta es " persona descendiente de una familia judía".