Por Dr. Octavio Dilewis Ibarra-Tamayo
Yo le respondo: tienes razón Araceli, pero los caballeros que no se sumergen en esa visión, esa actitud, esa proclividad a adorar como ellas merecen a las féminas, se lo pierden.
Colocando piedras en el camino del verdadero sentido de la vida, que son ustedes, las hembras, la segunda razón universal suprema, después de Dios, los hombres sin sabiduría se privan de vivirla.
Es muy sencillo para quien sea proclive a entenderlo, debe hacerlo porque el amor que le entrega a ella, la premia, la sube al cielo como merece, pero nadie lo disfrutará más que quien lo manifiesta, es casi un acto de egoismo, pero del divino, del fuera de liga, del que tal vez Dios, la Razón Universal Suprema, regala sólo a una parte de los Adanes por ÉL creados.
Aquellos que confunden la expresión sincera de los sentimientos con la emotividad cursi, se pierden no menos del 90 por ciento del disfrute del sentido de sus vidas.
Un abrazo y gracias,
Octavio.