Por Dr. Octavio Dilewis Ibarra-Tamayo
Como el programa está dividido en secciones estuve atento para no perderme los detalles debido a que es un tema que me interesa especialmente, en tanto el modelo sueco se ha ido adaptando al acervo de su ámbito, principalmente luego del ingreso de Suecia a la Unión Europea. Tuve que atender una llamada telefónica y, al recuperar la atención a la entrevista, la presentadora y el invitado estaban hablando ya de la alegación de que María Elvira Salazar era la agente "High Heels" (Tacones Altos) de la seguridad del estado castrista. La conductora se veía molesta y le reclamaba al director de Cuba Nuestra el hecho de haber publicado tal "bombazo" sin verificar las fuentes. Necesité atender otra llamada telefónica y cuando regresé la atención ya Estefanía no estaba en el estudio. En fin, no sé si en algún momento se tocó el tema del modelo sueco.
Si se pretende hacer a cualquier alegación en función de su análisis una aproximación causal, la cual es a mi juicio la correcta, debe partirse del principio de que todo debe resultar cuestionable, tanto el mensaje como el mensajero y la persona sujeto del mensaje si existe alguna, sus motivos, sus circunstancias, que no existe fuente confiable ni información fidedigna, hasta tanto se demuestre lo contrario.
Es obvio que la imparcialidad del autor podría resultar facilmente cuestionable. Un análisis respecto a la objetividad y credibilidad del exponente resulta imprescindible.
Pero como dispongo de poco tiempo, primero analizaré rapidamente algunas circunstancias de la persona sujeto de la alegación.
La propia Mará Elvira Salazar ha reconocido que a su madre algunas personas, hace más de una década, se le acercaban para decirle que su hija era un poco "rosadita".
Se sabe además que quien quiera tener el permiso de la tiranía para entrar en Cuba en funciones periodísticas tiene que someterse y adoptar una postura cuasi oficialista; de hecho lo hacen todos o casi todos los periodistas de agencias informativas y medios acreditados en La Habana; son las reglas del juego de la pandilla castrista y al que no entre por el aro lo expulsan del país si es que no lo encarcelan.
María Elvira Salazar reconoce que su entrevista al tirano Fidel Castro resultó decepcionante; comparto su opinión y agrego que tan lamentable como otras realizadas por periodistas norteamericanos a los que tampoco se les acepta pero se les comprende mejor la sangre fria y la ausencia de follow-up porque no le corre la nuestra, la sangre de los dolientes.
No voy a hablar de Montesinos ni de otra cosa que no esté conectada con la tragedia de Cuba...
Sé que María Elvira Salazar es una mujer inteligente, además de bellísima y abrumadoramente elegante (la vi en persona por primera vez en 1997, en la iglesia Saint Michael, en el velatorio de Jorge Más Canosa, soy más alto que el promedio, y me impresionó). Por tanto no tengo la menor duda de que cuando su equipo de producción le presentó el video derogatorio contra los generales caídos en desgracia y/o fusilados por el castrato enseguida pensó, igual que yo, que o había sido enviado directamente por los archivos de la tiranía castrista, o "dejado escapar" por esta. ¡Que casualidad!, en dicho video de las fiestas de los generales en Africa no había ninguno de los militares de alta graduación que se mantienen dentro de la nomenclatura castrista; y los habían, pero esa parte fue quitada de la copia antes de permitir que fuese "robada".
Pero entiendo que Maria Elvira Salazar se haya dejado convencer. En un mundo en el que por el rating en Brasil un productor ordenaba asesinatos para llegar primero y tener la exclusiva, o que en Alemanía, creo recordar, trataban de poner en la televisión a un degenerado antropófago y a otro degenerado que había aceptado dejarse comer vivo, lo del equipo de producción de Maria Elvira Salazar y de ella misma en función del rating, parece una nimiedad.
Creo asimismo que esos programas "familiares" del tirano se prestan más para shows del famoseo o el cotilleo como "Dónde estás Corazón", de la cadena española Antena 3, que para una presentación que pretende abordar temas más serios.
Dicho lo anterior, el exponente, aún si tuviera credibilidad, que para mi no la tiene, deberá aportar más que insinuaciones si es que pretende convencer a alguien de lo que alega.
El individuo no es creíble. Por falta de tiempo solo expondré los ejemplos más obvios.
El alegante utiliza no solo un lenguaje vulgar sino también derogatorio contra todo lo que le huela a anticastrista, lo mismo que hace el "Duende" y otros personajes al servicio del castrato. Aún más, denota cólera, odio contra los anticastristas. Veamos un ejemplo: "El más habitual es el gordo fanfarrón Delfín Fernández, quien ya acumula más horas de vuelo en la TV local de Miami que el desaparecido Matías Pérez en su globo. El “agente Butifarra” – como también se le conoce al Sr. Fernández, por aquello que aguanta todo lo que se le embucha- al igual que los otros concurrentes siempre exageran sus conocimientos o incluso su cercanía a las esferas de poder en Cuba para así garantizar el cobro por su presencia en la TV"..."Ahora el autotitulado “cazador de espías” Chris Simmons descubrió también cómo le entra el agua al coco y, rápidamente convirtió en negocio sus pretendidos conocimientos del mundo del espionaje, creando el Cuban Intelligence Research Center, para cobrar por sus conferencias y apariciones en los medios."
Toda persona a quien le funcione medianamente el sistema de percepción sensorial sabe que en el debate entre el patriota fallecido Jorge Más Canosa y el amanuense castrista Ricardo Alarcón, el líder de la Fundación no sólo lo derrotó absolutamente, sino que lo hizo de forma abrumadora y humillante. Pero observen la percepción que tuvo el alegante de tal acontecimiento: "(viene a la mente aquel debate moderado por ella, en el que Ricardo Alarcón descalificó a Jorge Más Canosa diciéndole que no era cubano)". ¡Ñooo!, el alegante ha puesto al aire su propio trasero.
Si el alegante parece pato, dice qua, qua y nada en la laguna, es pato.
Debajo, el texto de la alegación del individuo que dice llamarse Wilfredo Fernández., el cual es una persona absolutamente desconocida para mi, si existe.
María Elvira Salazar: ¿la agente “High Heels”?
Por Wilfredo Fernández.
(Nota de Octavio: persona absolutamente desconocida para mi, si existe)
Tal es la primicia que está evaluando el equipo de realización del programa A mano limpia que conduce el periodista dominicano Oscar Haza en el Canal 41 de América TV. Según una fuente bien conectada a ese medio, una noticia así tendría asegurada su impacto ahora que la campaña de espiomanía en Miami está en su punto más álgido.
Es harto conocido que los canales 41 de América TV y el 22 de Mega TV han estado –y están- enzarzados en una feroz competencia para aumentar los raitings. En ella, como en el amor y en la guerra, vale todo, pues el fin justifica los medios para poder sobrevivir a la crisis financiera que ya viene obligándolos a apretarse el cinturón.
Ello explica las frecuentes -y hasta ya fatigosas y ridículas- presencias en esos programas de ex agentes de la inteligencia cubana, más interesados en vivir del cuento que otra cosa. El más habitual es el gordo fanfarrón Delfín Fernández, quien ya acumula más horas de vuelo en la TV local de Miami que el desaparecido Matías Pérez en su globo. El “agente Butifarra” – como también se le conoce al Sr. Fernández, por aquello que aguanta todo lo que se le embucha- al igual que los otros concurrentes siempre exageran sus conocimientos o incluso su cercanía a las esferas de poder en Cuba para así garantizar el cobro por su presencia en la TV.
Pero el tema de la espiomanía ha seguido tomando presión y ya rebasa el marco de ese “cubaneo” clásico en Miami. Ahora el autotitulado “cazador de espías” Chris Simmons descubrió también cómo le entra el agua al coco y, rápidamente convirtió en negocio sus pretendidos conocimientos del mundo del espionaje, creando el Cuban Intelligence Research Center, para cobrar por sus conferencias y apariciones en los medios.
Este ex oficial de la inteligencia militar norteamericana que cobró notoriedad en Miami al adjudicarse el descubrimiento del caso de la espía castrista Ana Belén, insiste en sostener ante los medios de comunicación de la presencia de al menos 250 espías y agentes cubanos, de los cuales el 175 estarían en Miami-Dade.
De acuerdo a nuestra fuente en América TV, unos de esos agentes que tiene bajo la manga el Sr. Simmons es nada menos que la periodista María Elvira Salazar a la que la – según él- la inteligencia castrista bautizó con el seudónimo “High Heels”.
Según la versión del “cazador de espías”, corría el año 1995 cuando la joven e inexperta reportera, cuyos atributos “periodísticos” estaban bien a la vista, trataba de abrirse paso en el competitivo mundo de la televisión. Se le ocurrió, con toda lógica, que entrevistar a Fidel Castro (quien pronto visitaría New York) podría convertirla rápidamente en la Bárbara Walters latina. Sin embargo, conseguirlo no sería nada fácil para alguien poco conocido.
Con la decisión que la caracteriza, la joven y atractiva reportera movió algunos de los pocos contactos que tenía y logró ser recibida una noche del otoño newyorkino en el edificio de la Misión de Cuba ante Naciones Unidas.
MARIA ELVIRA LIVE 06 29 2009 HONDURAS (...)
No se alarmó cuando en lugar de recibirla en uno de los fríos salones de visitantes de la planta baja, la condujeron a un acogedor apartamento en los pisos superiores. Sorprendida de su “buena suerte”, en su encuentro con el funcionario cubano desplegó cómodamente sus poderosos argumentos hasta bien entrada la noche… y el fondo fílmico de la seguridad cubana quedó sustancialmente enriquecido.
La joven reportera, ajena todavía a su incursión en el “cine de espionaje” y sin saber que los cubanos la seguían con interés desde que estuvo emparentada con un protagonista del drama sandinista llamado Arturo Cruz, logró entrevistar a Castro y además recibió una invitación para la recepción que este ofrecía. Dicen que fue una de las últimas personas en retirarse, celebrando su “buena suerte”.
Por varios meses los espías de la Isla ayudaron a fortalecer la imagen periodística de Salazar y su asociación a los temas cubanos (viene a la mente aquel debate moderado por ella, en el que Ricardo Alarcón descalificó a Jorge Más Canosa diciéndole que no era cubano).
Cuenta el relato que Maria Elvira celebraba aún su “buena suerte” cuando inesperadamente recibió “noticias” de la seguridad cubana, interesada en conocer las interioridades del exilio de Miami, ubicar a los que llaman “desertores” (entre los que hay algunos que parecen no haber “desertado” aún), presentar a la comunidad cubana del sur de la Florida como una “mafia” intransigente, contribuir a dividirla, y humanizar la imagen de Castro, lo que parece explicar los videos con escenas familiares y los comentarios de las nueras, en los que la mala siempre es la suegra.
Lástima que nunca veremos en la Mesa Redonda castrista el documental “La Noche de la Buena Suerte”, pero esperemos que A mano limpia logre sacar a la luz pública el programa dedicado a “High Heels” y otras “sorpresas” de casos similares en los medios de comunicación en La Florida que el Sr. Simmons por ahora mantiene en reserva.
Momentos del Programa de María Elvira (...)