Por Dr. Octavio Dilewis Ibarra-Tamayo
O nuestros dos senadores y cuatro congresistas federales, con el respaldo de toda nuestra fuerza, que es mucha, obtienen una resolución conjunta del Senado y la Cámara de Representantes de Estados Unidos, conminando al poder ejecutivo, y luego presionándolo para obligarlo a ejercer acción legal contra los Castro por asesinatos múltiples y narcotráfico en gran escala, y a convertirlos en prófugos de la justicia norteamericana, o ¿para qué m... queremos el poder que tenemos?; no quiero que seamos, no podemos ser fisioculturistas narcisistas frente al espejo, contemplándonos hasta el éxtasis a nosotros mismos; o usamos nuestros atributos para deleitar, para hacer feliz a la dama dueña de nuestro corazón, ¿o para qué carajo los queremos?.
Bastante hacen los valientes cubanos atrapados intramuros, asfixiados por el secuestro total de la pandilla castrista. Quiero que se consagren como patriotas o se vayan a la m... montón de lamededos y ridículos. Atrévanse, vividores y cobardes, repitan conmigo que tanto Obama como G.W. Bush y sus predecesores no han sido más que unos títeres de m... al servicio de la plutocracia cómplice de la tiranía castrista.
No sean farsantes, politiqueros de m..., nada cierto han hecho ni están haciendo por la libertad de nuestra isla. He querido darle unas vacaciones a mi espíritu pero por más que insisto en alargarlas no puedo, ante tantos farsantes de m..., viejos ridículos buscando tomarse una foto con el presidente, o sentarse en una silla con buen ángulo para la fotografía, jóvenes demagogos, politiqueros, vividores de grants del gobierno norteamericano, condicionados a no hacer nada que ponga realmente en peligro el status quo castrista...
Sólo haciendo cumplir la ley de Estados Unidos la tiranía castrista sería historia hace décadas; en lugar de volcarse a presionar en función de eso, la comparsa barata de pretendidos líderes y figurantes se dedican o a lamer dedos o a hacer homenajes a enemigos probados del exilio cubano como Gloria Estefan, olvidando a Mandela, a Peggy McKinley, etc, etc, etc, ¡¡¡qué vergüenza!!!
Sí, somos poderosos, tenemos dos senadores federales, cuatro congresistas federales, senadores y congresistas estatales, CEOs, máximos ejecutivos, en las empresas más emblemáticas del planeta, estamos en todas partes con poder, pero mientras no tengamos un liderazgo con vergüenza capaz de usar los recursos con que contamos para presionar sobre el gobierno de Estados Unidos y acabar con su complicidad con la tiranía castrista, no merecemos el respeto de nadie.