Fuera del ámbito virtual, algunas de las iniciativas del gobierno estadounidenses y sus aliados para castigar el sitio dedicado a publicar documentos secretos llegaron a la justicia. Las autoridades judiciales francesas rechazaron los esfuerzos del gobierno francés por expulsar a WikiLeaks de sus servidores franceses, mientras partidarios en Suiza y Alemania amenazaban demandas contra las compañías financieras estadounidenses que han cortado sus vínculos con WikiLeaks.
Una protesta en Australia -la primera de una serie planeada allí y en Gran Bretaña- envió unos 250 manifestantes por las calles de Brisbane.
"En las últimas semanas hemos visto una campaña mundial contra WikiLeaks y su proyecto de crear más transparencia dentro del gobierno", dijo la organizadora de la demostración Jessica Payne. "Estamos hoy aquí para defender a WikiLeaks y defender nuestro derecho a la libertad de información".
WikiLeaks ha experimentado intensas presiones desde que empezó a publicar algunos de 250.000 cables del Departamento de Estado norteamericano que dice tener. Sufrió ataques en el cibersitio y amenazas contra su fundador, Julian Assange, quien está ahora preso en Gran Bretaña objetando un pedido de extradición de Suecia por supuestos delitos sexuales.
Funcionarios estadounidenses dicen que las acciones de WikiLeaks han desbaratado la diplomacia mundial, han hecho que algunas naciones reduzcan sus tratos con Estados Unidos y, en el caso de la difusión anterior de documentos militares secretos, ha puesto en riesgo la vida de los informantes.
El gobierno de Barack Obama ha puesto intensa presión sobre las empresas de Internet basadas en Estados Unidos para que corten todos sus vínculos con WikiLeaks y muchas lo han hecho, incluso MasterCard Inc., Visa Inc., Amazon.com, PayPal Inc. y EveryDNS. Esas acciones han dificultado que WikiLeaks reciba donaciones y adhesiones, y han planteado preocupaciones en las Naciones Unidas.
La encargada de los derechos humanos en la ONU, Navi Pillay, manifestó a la prensa en Ginebra su preocupación de que las medidas contra WikiLeaks "puedan interpretarse como un intento por censurar la publicación de información" de un modo que viole el derecho de WikiLeaks a la libre expresión.
El procesador de pagos de WikiLeaks anunció el jueves que se prepara para demandar a las empresas de tarjetas de crédito Visa y MasterCard por negarse a procesar las donaciones del cibersitio de documentos filtrados.
Andreas Fink, el director general de la empresa islandesa DataCell ehf, dijo a la Associated Press que buscará la compensación de los daños provocados por las compañías financieras estadounidenses por su decisión de bloquear la donación de fondos para WikiLeaks.
Mientras tanto continuaban los ataques cibernéticos contra los supuestos enemigos de WikiLeaks, uno de los cuales paralizó PayPal. Y Anonymous, una red de activistas que defiende a WikiLeaks, también era blanco de ataques. Su principal cibersitio estaba bloqueado el jueves, mientras que también se levantó una cuenta en Twitter a nombre de Anonymous.
WikiLeaks dijo que no tenía conexión ni contacto con Anonymous.
"No condenamos ni aplaudimos estos ataques", dijo la vocera Kristinn Hrafsson, refiriéndose a las iniciativas contra MasterCard y otros. "Creemos que son reflejo de la opinión pública".
RAPHAEL G. SATTER