Moya, presidente del Movimiento por la Democracia y la Libertad en Cuba, forma parte del grupo de diez disidentes detenidos durante la Primavera Negra de 2003 que todavía están encarcelados y que el régimen castrista se comprometió a liberar en julio pasado, en el marco de un acuerdo histórico que contó con la mediación de la Iglesia católica y del Gobierno de España.
Según Soler, las autoridades carcelarias todavía no han notificado a su esposo la excarcelación anunciada el pasado viernes por el clero católico en la Isla. “Hoy (jueves) hablé por teléfono con él (Moya) y todavía nadie le ha dicho nada de que va a ser liberado”, ha dicho, en declaraciones telefónicas desde La Habana.
El disidente, que había rechazado la propuesta de viajar a España a cambio de su liberación, espera que el régimen libere “a todos” sus compañeros, pero “muy especialmente a los que están enfermos”, como Eduardo Díaz Fleitas, Librado Linares García y Pedro Argüelles Morán, éste último en huelga de hambre desde el pasado 1 de febrero, precisó Soler.
La portavoz de las Damas de Blanco —organización que agrupa a familiares de los presos políticos— cree que su marido aún no ha sido informado de su liberación “porque seguro el Gobierno ya sabía que se iba a negar a salir”. Soler ha aseverado que “los teléfonos están tomados (intervenidos) y seguro que escucharon las conversaciones en las que Ángel manifestaba estas condiciones antes de que se supiera del anuncio de la Iglesia”.
El Arzobispado de La Habana anunció el pasado viernes la excarcelación de Moya y de Guido Sigler Amaya, quien ese mismo día regresó a su vivienda en la provincia de Matanzas y tiene previsto mudarse a Estados Unidos, donde viven dos de sus hermanos y una hija.
La excarcelación anterior de prisioneros del Grupo de los 75 se produjo en noviembre cuando Arnaldo Ramos Lauzerique obtuvo una licencia extrapenal y regresó a su vivienda en la capital cubana, siendo el único que ha podido permanecer en la Isla tras su liberación. Otros 40 opositores de este grupo han viajado a España, donde permanecen aún 37.