Por Dr. Octavio Dilewis Ibarra-Tamayo
Esta es una campaña de presión pública en función de neutralizar la labor traidora de unos canallas utilizados por sus amos para aborregar el exilio con el fin de impedir que exijamos al presidente de turno, ahora Obama, lo que es su obligación.
En este momento la movida más potencialmente efectiva debe ser la continuación del reclamo de criminalización de la pandilla castrista por asesinato y tráfico de drogas en gran escala.
Nosotros somos sólo soldados de fila que estamos respaldando dicho reclamo.
Usemos el cerebro. No queremos a los marines norteamericanos en Cuba, pero mucho menos la complicidad de medio siglo del gobierno norteamericano con la tiranía castrista.
Si exigimos y logramos que se haga cumplir la ley de Estados Unidos, liquidamos esa complicidad.
Convirtiendo a la pandilla castrista en prófugos de la justicia norteamericana, sin movilizar a un solo marine, la tiranía castrista se desmoronaría dado que se entregarían unos a otros para, como es usual en Estados Unidos, negociar impunidad con la fiscalía.
Somos miles los que hemos firmado la exigencia de que el presidente de Estados Unidos ordene encausar a la cúpula castrista, pero pudiéramos ser cientos de miles con la ayuda propagandística de todos los cubanos patriotas, y con la neutralización de los traidores.
Ese encausamiento es clave si queremos serrucharle el piso a los "herederos del trono" para garantizar una verdadera transición hacia la democracia.
Si, no vamos a engañar a nadie; las acciones potencialmente efectivas son obviamente muy peligrosas y nos pueden costar la vida. Pero no es la primera vez que muchos de nosotros hemos arriesgado la vida en esta lucha que ha sido larga pero que pronto tendrá un final feliz.
Ya hemos visto la nata traidora revoloteando alrededor de ciertos candidatos republicanos y reivindicando ideologismos. Ni los demócratas ni los republicanos tienen crédito ya con nosotros; por tal motivo tenemos que exigirle a ambas campañas que paguen en efectivo y por adelantado (cash and up front) si quieren nuestro respaldo.
Nosotros, por nuestra parte, valga la salvedad, sí hemos apoyado y apoyaremos la candidatura de Marco Rubio al Senado de Estados Unidos, porque dicho cubano-americano constituye un factor clave para el Caucus bicameral nuestro en Washington. No nos sentimos conformes con la trayectoria de ninguno de los dos candidatos al escaño que deja vacante el congresista Mario Diaz-Balart (David Rivera, demasiado partidista para poner como prioridad la liberación de Cuba, y Joe García, demasiado ambiguo), pero sea cual sea el resultado, mal que bien, será un cubano-americano.
Los demócratas, que controlan el ejecutivo, tienen que conseguirnos de Obama, previamente, el encausamiento de la pandilla castrista. Los republicanos y los demócratas tienen que conseguirnos, con carácter previo, una resolución conjunta del Congreso conminando al ejecutivo a que proceda al encausamiento de la cúpula castrista por asesinato y tráfico de drogas en gran escala.
