Por Dr. Octavio Dilewis Ibarra-Tamayo
Se han visto casos como el del panameño Manuel Antonio Noriega, que posaba de antigringo en tiempos en que trabajaba como agente encubierto de la plutocracia norteamericana. Ha habido muchos más. Pero el más notorio es el del capo del grupo gangsteril que ha secuestrado la soberania de los cubanos.
El tirano de Cuba ha hecho del falso antiyanquismo su mayor truco publicitario. La percepción de confrontación del capo gangsteril y el establishment norteamericano es el resultado de la madre de todas las operaciones de estafa a la opinión pública de la historia.
A nadie que tenga el más mínimo grado de racionalidad se le puede ocurrir la peregrina idea de que el inconmensurable poderío de Estados Unidos, en más de cinco décadas, no ha sido capaz de acabar con una tiranía personal a solo 144 kilómetros de sus costas.
Hay una sola razón por la cual el grupo gangsteril ha podido perpetuarse en el poder por más de cinco décadas; porque cuenta con la complicidad de la plutocracia norteamericana, la cual se ha acomodado y establecido hasta en las más recónditas esquinas de los partidos demócrata y republicano, de la gran prensa, de las grandes cadenas de televisión, de la industria cinematográfica, de los creadores de opinión en las grandes universidades, etc. Analícese cada uno de los nodos de poder citados y se los encontrará indistintamente apoyando de alguna forma a la tirania.
La liberación de Cuba pasa no solo por la lucha directa contra el grupo gangsteril, sino también por la derrota civil y pacífica del establishment norteamericano, y por el desenmascaramiento de sus servidores en todo el mundo.
Conocereis la verdad y la verdad os hará libres postula, palabras más o menos, el evangelio. Un ejemplo notable de las estafas realizadas por estos astutos timadores, es el caso de las denominadas "Madres de la Plaza de Mayo" argentinas. Estas señoras en el colmo de la desubicación, descontando a Eve de Bonafini en cuya buena fe no creo, se han convertido en un frente en favor de la tirania personal que oprime a Cuba, en base al supuesto antiyanquismo del capo gangsteril. Ignoran las pobres señoras la existencia de abundantes evidencias de que el tirano fue uno de los más efectivos aliados de la dictadura argentina responsable de la desaparición de sus familiares.
Hay que desenmascarar al capo gangsteril como lo que es, un servidor, un lacayo de la plutocracia norteamericana, un títere de la oligarquía que desde las sombras ejerce el poder real en Estados Unidos, el cual mientras posaba de antiyanqui se dedicaba a cuidarle los pozos petroleros de Cabinda a dichos intereses.
Se debe mostrar el verdadero rostro de sus compañeros de viaje, que siguiendo las instrucciones del capo, utilizan como truco publicitario el antiyanquismo, mientras se entregan en cuerpo y alma a los más oscuros componentes del establishment norteamericano.
Debemos estar claros; el peor cáncer de Estados Unidos, el tumor más maligno y dañino, son los grandes intereses petroleros y usureros, y los contratistas institucionales del complejo militar-industrial, por medio de su enorme ejército de cabilderos y grupos de presión.
La actividad de los cabilderos debería estar prohibida en todo pais democrático, civilizado y serio, porque el cabildeo es una forma de desvirtuar y burlar la esencia de la democracia. Los representantes electos por el pueblo deberían defender los intereses de sus electores. Esto, en la práctica, cada vez está ocurriendo menos en Estados Unidos, a medida que crece el hongo cabildero en favor de intereses especiales.
En ese grupo se han cocinado a infernales temperaturas las peores diabluras contra los intereses del pueblo norteamericano. Fuerzas combinadas de los cabilderos, los grupos de presión, el poder legislativo y la administración Bush, practicamente aniquilaron la protección a los deudores de la clase media en bancarrota, en contra de los intereses del pueblo estadounidense y en favor de los grandes usureros. No tienen piedad ni siquiera con los propios norteamericanos. ¿Qué podemos entonces esperar de ellos los cubanos?.
Yo manejo empresas de inversiones, pero por respeto a mi fe y a la creencia de que la democracia es el mejor sistema político posible, prefiero competir en base a los principios de honradez y juego limpio, y no recurrir a la fabricación de "insiders" (personas dentro) que me provean información privilegiada y la ventaja de jugar con cartas marcadas o escondidas. Por principio no invertimos ni siquiera un dollar en los grandes intereses petroleros y usureros, y en los grupos de contratistas institucionales del complejo militar-industrial.
No se debe confundir al pueblo norteamericano con la plutocracia. Nunca faltará un idiota que en algunos paises esté dispuesto a tirarle alguna piedra a un norteamericano, incluso a mi que tengo la ciudadanía estadounidense, creyendo que de ese modo se hace justicia, sin saber que los titiriteros del establishment, los que manejan los hilos, los verdaderos culpables, nunca estarán al alcance de sus piedras.
No fue el pueblo norteamericano el que recibió calidamente en New York al tirano secuestrador de Cuba Fidel Castro, fue David Rockefeller, uno de los principales capos de la plutocracia.
